El Consejo Directivo de la Facultad de Educación de la UNCuyo aceptó el uso del lenguaje inclusivo y no sexista para aquellas personas que se identifiquen con esa práctica cultural. También decidió solicitar que se realice una jornada de sensibilización con una propuesta de reglamentación para debatir el tema y acordar democráticamente su implementación en esa Unidad Académica.
Los consejeros respondieron así a una propuesta del flamante Instituto de Educación Sexualidad y Derechos que comenzó a funcionar en octubre. Ahora ese mismo Instituto propone la jornada solicitada para el martes 10 de diciembre a las 18 en el aula 19 de la Sede Centro de la Facultad de Educación que se ubica en Sobremonte 81 de la Ciudad de Mendoza.
Las razones de su aprobación
Acompañar las transformaciones de nuestra sociedad actual y garantizar derechos en temas de género y diversidad es uno de los ejes que se propuso la actual gestión de la Facultad de Educación de la UNCuyo; así, durante este año investigadores y docentes propusieron la creación del Área de Géneros y el Instituto de Educación, Sexualidad y Derechos.
Entre las fundamentaciones para admitir la utilización, Marta Abate, directora del Instituto de Educación Sexualidad y Derechos consideró pertinente acudir a la filóloga Teresa Meana Suárez quien sostiene que: “El lenguaje, como práctica social y como medio a través del cual aprehendemos la realidad y expresamos nuestra concepción del mundo, no está exento de expresar las desigualdades estructurales y discriminatorias entre hombres, mujeres y otras identidades diversas. Es la vida social la que construye las regularidades del lenguaje que luego eleva a normas. Normas que son suceptibles de ser reinterpretadas y modificadas expresando la potencial construcción y manifestación de sujetos políticos”.
La Facultad de Educación reconoce el lenguaje inclusivo y no sexista y avanza así en asegurar los derechos a la libre expresión y a una educación integral de todas las personas que forman parte de su comunidad. Permitir su uso es una manera de evitar cercenar las formas de expresión de quienes deseen utilizarlo en relación a la identidad de género.