En un año en contexto de pandemia, en el que se viven situaciones inesperadas e imprevistas, estudiantes de cuarto año de la Facultad de Educación y sus profesoras buscaron y encontraron el modo de llevar adelante las Prácticas Profesionales e Investigación Educativa en Instituciones Escolares.
Se trata de 10 alumnos que concluyeron la práctica con la presentación de su informe final en un ateneo. Pertenecen a las carreras Profesorado Universitario de Pedagogía Terapéutica en Discapacidad Intelectual. Orientación Discapacidad Motora y del Profesorado Terapéutico de Grado Universitario en Discapacitados Mentales y Motores.
Acompañaron la exposición las profesoras a cargo de las residencias, Verónica Martínez y Rosana Rodríguez; la decana, Ana Sisti; la secretaria Académica, Gabriela Griffouliere, y la directora general de Carreras, Leticia Vázquez.
Sisti felicitó al equipo docente y a estudiantes por el logro alcanzado: “Es un momento de mucha alegría, ha sido un año muy intenso y poder culminar esta instancia creo que es alentador y muy positivo en este sentido”. Y añadió que este cambio de rol, en donde dejan de ser estudiantes para convertirse en profesionales de las carreras que eligieron, es un orgullo para la Facultad e invitó a que vuelvan a la Institución para seguir formándose.
Gabriela Griffouliere se mostró agradecida por el compromiso y dedicación de los estudiantes. “Han encontrado herramientas para poder adecuarse a un contexto no esperado, para abrir nuevas posibilidades. También es un logro impresionante porque muestra la capacidad de adaptación, en donde la creatividad e innovación es parte del proceso de aprendizaje", añadió.
Leticia Vázquez, por su parte, destacó el proceso de prácticas y lo significativo de la experiencia adquirida. “Soy testigo de los esfuerzos, del compromiso y responsabilidad con la que cada uno y cada una de ustedes asumió este proceso. Estoy invadida por la emoción de verlos acá", indicó.
Expectativas y experiencias
Docentes, autoridades y estudiantes valoraron la experiencia formativa inédita en esta instancia, el esfuerzo y acompañamiento, la capacidad de búsqueda y adaptación al momento desconocido que se vive en el contexto actual.
Laura Tapia, Mariana Encina, Belén Arce, Brenda Fernández, Karen Calderón, Laura Pomilio, Valentina Pérez, Yamila Chimeno, Laura Colombarini y Fernando Jasen son los protagonistas de esta historia. Transitaron diferentes caminos para lograr el objetivo común de realizar y culminar las prácticas, con el apoyo y acompañamiento de la Facultad y de sus familiares.
En cuanto al proceso de trabajo en este contexto, la estudiante Karen Calderón contó que fue un gran desafío. "La incertidumbre fue la constante y eso generó varios movimientos estructurales en nuestras vidas. En la retrospectiva de lo ocurrido, cada uno sabe que la adaptación a las nuevas condiciones nos llevó mucho tiempo y mucho trabajo”.
En este sentido, la estudiante Laura Pomilio recalcó la importancia de la experiencia a nivel educativo. “Hemos podido recorrer una complejidad y diversidad de autores, textos, realización de planificaciones, recursos en todas sus plataformas por lo que asumimos que la tarea que nos tocará en lo venidero será de gran envergadura y tendremos los insumos necesarios para afrontarla", afirmó.
Sobre las prácticas
Esta instancia que finaliza comenzó el año pasado cuando los estudiantes se dividieron en grupos y el proceso de adaptación se llevó adelante a través de la bimodalidad. Para lograrlo, primero se coordinaron encuentros virtuales de trabajo y luego se realizaron instancias presenciales en el aula, siguiendo los protocolos establecidos.
La institución educativa elegida para desarrollar las prácticas fue la Escuela Fidela Maldonado de Cano, ubicada en el departamento de Godoy Cruz. Se creó en 1954 como anexo del Instituto de Rehabilitación IRPI, como respuesta pedagógica para niñas y niños con poliomielitis. Actualmente brinda servicio de apoyo a la inclusión educativa y Desarrollo Infantil Temprano.