Lo hicieron sin diálogo, escucha y consenso de miles de personas, vecinos y ambientalistas, para quienes el agua significa un tesoro muy preciado. Se realizó, además, en un contexto de gran crisis hídrica, sequía y advertencia de especialistas del sector científico sobre la situación de los glaciares y escasez de agua y precipitaciones.
Fueron miles, -más de diez mil dicen- quienes se movilizaron y recorrieron cientos de kilómetros para reclamar y peticionar escucha, diálogo y veto de esas modificaciones a una ley que prohibía la actividad minera y la utilización de sustancias tóxicas para el ambiente. Y que además, garantizaba que el agua de Mendoza no se tocaría para utilizarla en esta actividad.
Preocupa la falta de diálogo y escucha con una gran cantidad de comprovincianos preocupados por el potencial daño a su recurso más preciado y preocupa también la intervención de las fuerzas de seguridad y detenciones en una movilización pacífica en la que un grupo de infiltrados restaron seriedad y compromiso a miles de manifestantes y familias.
Autoridades de la Facultad de Educación de la UNCuyo solicitan que se puedan repensar las acciones realizadas y evaluar posibles alternativas que tomen en consideración las voces de toda la comunidad mendocina y el sector científico que investiga y analiza el tema del agua. El uso del recurso debe tener una mirada holística en todas sus potencialidades y con el recaudo de que las acciones que se realizan en un sector pueden perjudicar otras dimensiones como el consumo y las matrices productivas.