Rubén Centeno comenzó su tarea en la Dirección de Impresos y luego trabajó en la Biblioteca de la Facultad de Educación de la UNCuyo hasta su jubilación. Cada integrante de la comunidad lo recordará por su inconfundible voz entonando el Himno Nacional y otras canciones que le encantaban. Pero especialmente por su trato afable y educado, y su sonrisa permanente.
Autoridades de la Unidad Académica decretaron un día de duelo sin cese de actividades y la bandera a media asta en honor a la trayectoria del trabajador no docente que dedicó su vida laboral a la Universidad.
La comunidad de la Facultad acompaña a sus familiares, amigos, colegas y lo despide con tristeza, mucho cariño y el mejor de los recuerdos.