La profesora de la Facultad de Educación María Alejandra Grzona es la directora de la segunda parte del Proyecto de Investigación SECTyP "Estrategias de accesibilidad académica para la inclusión de los estudiantes con discapacidad en la UNCUYO".
La investigación se encuentra contextualizada en la Universidad Nacional de Cuyo, en el marco de las políticas explícitas referidas al reconocimiento de los derechos y acciones institucionales formales para garantizar la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
Dentro de las conclusiones más relevantes, se evidencia que los Servicios de Apoyo al Estudiante (SAPOE) tienen actuaciones muy variadas de una Facultad a otra, en cuanto a acciones comunes, nexos y participación. Si bien orientan a los profesores hacia actividades favorecedoras de la accesibilidad académica, se evidencia la ausencia de un protocolo o lineamientos académicos unificados para actuar con los estudiantes con discapacidad.
En cuanto a los profesores, identifican al estudiante con discapacidad (por su propia intuición, por advertencia de los colegas o información del propio estudiante), a pesar de la masividad de las aulas. De los alumnos destacan la autodeterminación para comunicar necesidades de apoyos, el circuito establecido para que los materiales accesibles lleguen a los usuarios y el esfuerzo que realizan para llevar a cabo sus actividades. Además se visualiza una gran integración entre pares, donde se naturalizan las diferencias y se aprende a respetar la diversidad. Esta situación favorece el enriquecimiento del grupo ya que posibilita la convivencia de los miembros de la comunidad con menos prejuicios.
A partir de lo investigado en este proyecto y en la primera parte, realizada entre 2013 y 2015, se puede apreciar que los docentes utilizan diversas estrategias para garantizar formatos accesibles y condiciones de equidad de forma intuitiva e informal, ya que estas prácticas no se encuentran sistematizadas ni organizadas desde la institución. Algunas de las acciones llevadas a cabo incluyen el enriquecimiento en las explicaciones en las clases, adaptaciones y entrega anticipada de materiales para que se encuentren transcriptas en formatos específicos (textos en Word que pueden leerse por medio del lector de pantalla o transcripciones al Sistema Braille), mayor tiempo en los exámenes, modificación de los formatos y ajustes en la evaluación y derivaciones a otros organismos o profesionales.
Por lo general, los profesores poseen claridad respecto a estrategias focalizadas en estudiantes con discapacidad auditiva y visual, mientras que para otras discapacidades identificadas desconocen cómo abordarlas. Asimismo, reconocen numerosos obstáculos para el proceso de inclusión de los educandos, como la inexistencia de acciones institucionales integrales y la falta de información y acompañamiento, lo que genera miedo, incertidumbre y soledad en la toma de decisiones. La presencia de un apoyo personal (intérprete en Lengua de señas, acompañante terapéutico o tutor) genera dudas sobre la función que cumple, su grado de intervención y la relación que debe establecer con el docente.
Resulta prioritario que hoy, la Universidad en general y las Facultades en particular, implementen acciones planificadas y organizadas, como planes y programas de formación profesional. Las acciones imprescindibles que promueven sensibilización, información y formación para garantizar las condiciones de equidad, frente a los postulantes y estudiantes con discapacidad, implican a toda la comunidad universitaria y deben implementarse de manera sinérgica, a partir de las Secretarías Académicas.
El equipo investigador está integrado por la directora María Alejandra Grzona, la co-directora Adriana Moreno y las docentes investigadoras Sonia Parlanti, Andrea Gomensoro, Daniela Formica, Eliana Ángela, Mónica Matilla y Marcela Valdez.