La Facultad de Educación cuenta con una amplia oferta de talleres optativos por cuatrimestre destinados a sus estudiantes, en cumplimiento de las Unidades Curriculares Optativas requeridas por cada plan de estudios. En esta oportunidad, el espacio dictado por la profesora Natalia Cánepa sobre género y sexualidades cerró con la confección de un afiche para visibilizar algunas de las múltiples violencias sufridas por las mujeres y las disidencias sexuales.
La formación propuso abordar la complejidad de temáticas vinculadas a las sexualidades y los géneros en nuestra sociedad. Desde una perspectiva feminista, pensando los entrecruzamientos del género con variables como la clase social y la etnicidad, se buscó dar cuenta del patriarcado para problematizarlo en sus múltiples efectos de exclusión, los que han recaído sobre la totalidad de los sujetos subalterizados, principalmente mujeres, pero también la multiplicidad de sexualidades disidentes.
Pensar en sexualidades y géneros llevó a los participantes a cuestionar el sistema heteronormado que plantea como polos ineludibles lo masculino y lo femenino, y las únicas relaciones posibles y válidas las que se desarrollan entre varones y mujeres. Además, problematizar los discursos binarios, reconocer el carácter de construcción social de los géneros y las sexualidades se acercan a la noción de diversidad en vistas a la necesaria y urgente aplicación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, Ley 26.150.
Los contenidos conceptuales del taller se organizaron en torno a dos ejes temáticos: "Géneros y sexualidades" y “El patriarcado como condición de posibilidad de múltiples violencias (a transformar)”.
El primero introdujo algunas categorías básicas como sexualidad, el sexo y el género. Abordó la sexualidad como derecho humano, problematizando aspectos de la socialización de género en nuestra sociedad que redundan en estereotipos rígidos y excluyentes. Se precisaron categorías como identidad de género y orientación sexual, enmarcándolas en la legalidad vigente, como la Ley de Matrimonio Igualitario (N° 26.618) y la Ley de Identidad de Género (N° 26.743).
Este eje trabajó el debate por la despatologización de la diversidad sexual, el derecho a la identidad como derecho humano inalienable y la necesidad de hacer efectivo el Programa Nacional de Educación Sexual Integral con contenidos específicos y transversales. Se reflexionó sobre el curriculum oculto y la reproducción de desigualdades en las pácticas educativas vigentes, intentando generar alternativas en vistas a la igualdad de género.
El segundo se organizó en base a cuatro formas de violencias producidas por el patriarcado: los feminicidios, los crímenes sexuales y la trata de personas; la violencia contra el colectivo LGTTTBIQ -expresada en discriminaciones múltiples y en crímenes de odio-; la muerte de mujeres por abortos clandestinos; y la naturalización de la división sexual del trabajo -que atenta contra el desarrollo personal de las mujeres, obligándolas a realizar múltiples tareas en el hogar que no son remuneradas y les dificultan el acceso a otros espacios de despliegue personal-.
Este último fue el que quedó expresado en el afiche realizado de manera colaborativa por la totalidad de los estudiantes del taller. El mural expresa con creatividad los acuerdos alcanzados en torno a la problemática del patriarcado y sus violencias, ante las que resulta necesario oponerse desde el campo educativo. Sin embargo, el trabajo en grupo, la sororidad circulando entre las alumnas, el replanteo de las masculinidades entre los alumnos, la empatía y la construcción de un espacio cuidado, hacen que las palabras del investigador y escritor Carlos Skliar “no es contra qué, sino junto a quién” se vuelvan verdaderas también en la Universidad.