La intención fue recordar y concientizar acerca de los hechos ocurridos en el país durante la última dictadura cívico militar y también renovar el grito de “Nunca Más”. De este modo la UNCuyo rescató la memoria del pueblo argentino.
En la oportunidad, el rector Pizzi apeló a no olvidar las 30.000 almas desaparecidas, 40 de ellas que pertenecen a la Universidad Nacional de Cuyo, y que representan la lucha y perseverancia de docentes y estudiantes que hoy deberían estar vivos.
En ese contexto, reforzó la idea de contribuir a inculcar una memoria lúcida y firme y un reclamo de justicia permanente, siempre con la verdad. Y pidió transmitir a los estudiantes el verdadero significado del concepto: “Nunca más al terrorismo de Estado, nunca más a las persecuciones ideológicas o políticas, nunca más a personas desaparecidas, torturadas o muertas por pensar distinto”.
Asimismo, instó a promover que la vida en democracia es la elección acertada: “La democracia del diálogo del disenso lógico pero con acuerdo de partes, la democracia de la tolerancia y de la alternancia en el poder, lograda a través del voto” dijo el rector.
Sobre la postura de la Universidad aseguró: “en la UNCuyo, entonces, tenemos memoria, reivindicamos la lucha de quienes soñaron un país mejor. Exigimos justicia. Y vivimos la democracia que tanto nos costó conseguir. Por eso la defendemos cada día y elevamos la voz. Nunca Más torturas y desapariciones. Nunca más muertes. Nunca más universidades intervenidas y sin democracia".
Más adelante la secretaria Académica, Dolores Lettelier, describió el 24 de marzo como una fecha que representa un largo camino recorrido que la Universidad ha acompañado con acciones concretas, numerosos proyectos y experiencias en Derechos Humanos.
En ese sentido destacó las propuestas desarrolladas a través de una multiplicidad de cátedras abiertas, como así también de los cursos de ingreso de estudiantes. Y aclaró: “La memoria se construye, se recupera, se reconstruye y en eso estamos, juntos, construyendo un presente que nos exige estar muy unidos en cada paso que damos”
Luego Mariú Carrera, como miembro de la Organización de Derechos Humanos familiares de detenidos y desaparecidos, contó de la inquietud que existía por publicar lo que se conocía de la dictadura y del apoyo que obtuvieron de la Universidad, a través de Gustavo Kent, para poder hacerlo.
Habló del Cuadro 33, recordó la “búsqueda de los huesos”, se refirió a ella como a la búsqueda de la vida y convocó a abrazarla: “hoy en la vida pasan muchas cosas duras, muchas cosas duras, las mujeres, las diversidades, los niños, las niñas y hay que luchar, hay que resistir, hay que cambiar para que haya justicia, para que no vuelva a ocurrir y desaparezca el dolor tan injusto para que podamos vivir una vida normal con cosas normales”, expresó Carreras.
Finalmente reflexionó sobre lo que representa el 24 de marzo para los familiares de desaparecidos y dijo: “pareciera que el día 24 de marzo pasó todo lo peor de nuestra vida, y también es el día en que no nos pudieron matar, porque justo cuando nos mataron se nos despertó la potencia por buscarlos, por tratar de buscarlos y encontrarlos, y encontrarlas, por tratar de demostrar que eran personas buenas que por eso militaban por eran personas buenas, conmovidas por la injusticia, conmovidas por el dolor del otro y de la otra”.
Por otro lado, Vilma Rúpolo, ex presa política y militante de la Asociación ex presa y presos políticos y docente de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad, comentó su experiencia personal durante esa época, habló de su detención en un centro clandestino a 2 días de nacer su hija, de las torturas que soportó y de cómo recuperó su cargo en el Ballet de la Universidad luego de estar en prisión.
También recordó el momento en que se decidió plantar árboles por los compañeros desaparecidos y cuando se hizo el mural, que bailaron la obra “Madres” delante de las madres. “Yo quiero agradecer que sigo viviendo para conmemorar para sentir esto de seguir sembrando, para venir a ver los árboles, quiero seguir viviendo para seguir sembrando árboles, para seguir dando testimonio y para que realmente que nunca más” concluyó Rúpolo.
Luego Claudia García, decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, puso en valor la tarea de las cuatro unidades académicas de la UNCuyo que se comprometen con el tema de los derechos humanos (Artes y Diseño, Ciencias Políticas y Sociales, Ciencias Exactas y Naturales y Educación) y manifestó el deseo de sumar otras.
En la misma línea de Carreas y Rúpolo, García narró cómo los distintos hitos universitarios siembran memoria y resaltó: “Esto tiene que ver con sembrar memoria y todo lo que vamos logrando más allá de las cátedras y en lo que estamos y en nuestro compromiso como Universidad”. Y anunció que se va a pedir al Consejo Superior otorgar el Honoris Causa al Equipo Argentino de Antropología Forense, EAAF por su trabajo fundamental.
Después hizo mención a la historia de las invisibilizaciones de las mujeres con un recorrido de las reivindicaciones y mecanismo de protección y defensa. Habló del lugar que ha ocupado la mujer en el sistema internacional de los derechos humanos y también de lo mucho que queda por resolver.
Finalmente García cerró con un reconocimiento a “aquellas madres abuelas y hermanas que asumieron la resistencia en la época de la dictadura, las que buscaron a sus hijas e hijos, nietas y nietos, que resistieron adentro y fuera de los centros clandestinos, que estando detenidas sufrieron el mayor ensañamiento en sus torturas y en sus violaciones, tanto así, que la violación a las mujeres pasó a ser una figura legal de lesa humanidad, para que se tenga en cuenta. En ese sentido hoy, en este 24 de marzo el tema es reivindicar a todas esas mujeres que siguen a la vanguardia invisibilizadas en aquella época pero que dejaron una gran enseñanza para todas las que seguimos, y más allá de lo que nos falta, para seguir abrazando la vida”.
Al terminar el acto y en el contexto de esta celebración titulada “Sembramos memoria, cosechamos derechos” se leyeron los nombres de los desaparecidos de la Universidad Nacional de Cuyo durante la dictadura.
El cierre estuvo a cargo de Gustavo Montoya, secretario de Bienestar Estudiantil de la Universidad, quien reiteró la importancia de sembrar memoria para poder cosechar más derechos y también ser ejemplo, tanto para adentro de la Universidad, como para afuera.
En simultáneo a las exposiciones se montó una intervención artística a cargo de Federica Bonoldi, Valentina Prieto y Camila Maccio, de la Facultad de Artes y Diseño.