Enfrentamos una emergencia planetaria: el clima se calienta a un ritmo rápido, el hábitat se pierde y la contaminación aumenta. Ante ello, las economías y sociedades deben ser más inclusivas en el marco de la justicia ambiental. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) propuso conmemorar el Día Mundial del Ambiente cada 5 de junio desde 1973. Su plataforma a escala planetaria es la más grande para la divulgación ambiental. Energía, protección de la biodiversidad, comercio y transporte mundial, cómo vivimos la cotidianidad de nuestras ciudades, dónde se invierte el dinero, nuestra alimentación y hasta cómo divertirnos debe tener opciones sostenibles.
Ante este panorama, que puede parecer desalentador, el rol de la Educación Ambiental Integral es fundamental. Los ciclos de las sociedades a lo largo de la historia, nos invitan a promover la conciencia y respeto por la diversidad biocultural como punto de partida para accionar en estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.