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Comenzaron las clases presenciales en las prácticas

Tal como se anunció, la Facultad de Educación de la UNCuyo continúa con su retorno gradual a la presencialidad bajo estrictos protocolos sanitarios. Si bien definió que mantendrá la mayoría de sus asignaturas en formato virtual las prácticas y algunas asignaturas con formato taller ya retomaron los encuentros presenciales en las aulas.

30 de marzo de 2021, 20:15.

imagen Comenzaron las clases presenciales en las prácticas

El espacio curricular Práctica e Investigación Educativa III: Gestión del proceso de enseñanza y aprendizaje retomó las clases presenciales.

De acuerdo a las decisiones del equipo de gestión la Facultad definió una modalidad de cursado para el primer cuatrimestre de 2021 que, en principio, será bimodal. De este modo incluye un componente de presencialidad para espacios curriculares en los que se considera necesario como las prácticas y algunos espacios con formato de talleres.

 

La modalidad de cursado que se está aplicando es presencia física en aulas, en burbujas de grupos pequeños de estudiantes cada 14 días, y complementado con clases virtuales sincrónicas en Google Meet o actividades asincrónicas generadas en las aulas virtuales que construye cada espacio curricular dentro de la plataforma FEd Virtual.

 

El primer día de clases del ciclo lectivo 2021 la emoción y la felicidad por el reencuentro físico fue evidente en las caras y gestualidad de profesoras y estudiantes. De esta manera, los momentos de diálogo, reflexión y aprendizaje, que durante todo el año pasado fueron cercanos pero sin presencialidad física, con la distancia recomendada, condiciones de higiene, los barbijos y máscaras que estipula el protocolo.

 

Diferentes espacios curriculares tuvieron ya sus primeras experiencias de retorno a la presencialidad, entre ellos, el espacio curricular Práctica e Investigación Educativa III: Gestión del proceso de enseñanza y aprendizaje, que corresponde al tercer año del Profesorado de Primaria, vivió su primer encuentro presencial del cuatrimestre en dos burbujas de 20 estudiantes cada una en la mañana y otra durante la tarde.

Las clases estuvieron a cargo de las docentes Cecilia Sayavedra y Mónica Matilla; quienes coincidieron en lo movilizante que resultó este primer encuentro presencial tanto para ellas como para sus estudiantes.

 

La palabra de las profesoras

 

Del encuentro Matilla resaltó la esperanza de recuperar ese disfrute que produce la interacción y añadió que esa emoción se palpaba en las miradas y la gestualidad espontánea. La profesora señaló el placer de aprender como el objetivo central que da sentido al espacio curricular del que forma parte. “Aprender a enseñar y enseñar mientras se aprende”, sostuvo al tiempo que añadió que “Lo primero que nos impactó fue el paisaje natural que rodea nuestra Facultad, qué diferente está, cómo crecieron las plantas. Me emocionó mucho ser testigo de que la vida sigue independientemente de nuestra presencia física”, explicó.

 

Por su parte Sayavedra también rescató el valor y el sentido del encuentro presencial después de un año en la virtualidad y explicó en qué consistió esta primer clase en el aula de la sede Campus. “Coordinamos los primeros acuerdos de trabajo con un alto nivel de participación reflexiva y crítica, poniendo de manifiesto nuestra alegría y el entusiasmo de generar instancias presenciales con diferentes estrategias que promuevan el aprender a enseñar”.

 

La especialista relató que además de presentarse reflexionaron y compartieron las experiencias vividas, las expectativas e intenciones en torno al espacio curricular. Además contó que se centraron en el diálogo sobre las prácticas profesionales como recorrido de formación profesional y comenzaron a posicionarse en torno al oficio docente. “Trabajamos con el primer eje; Reflexiones iniciales sobre el oficio docente. La trayectoria educativa personal: diálogo entre la subjetividad y la práctica profesional”, cerró Cecilia Sayavedra.

 

Mónica Matilla además detalló las vivencias durante la primera clase presencial. Sostuvo que se centró en “encontrarnos desde nuestra humanidad de personas que han vivido y viven situaciones diversas y muy complejas”. Explicó que reflexionaron sobre la presencia ineludible de la historia personal, la trayectoria educativa formal y no formal como fundantes del ser/hacer didáctico como docentes en tiempos imprevisibles.


Para concluir la profesora aclaró que docentes y estudiantes acordaron que los vínculos desde la corporalidad en educación son irreemplazables; que todo el esfuerzo realizado desde la virtualidad son absolutamente válidos y enriquecedores y que constituyen un nuevo desafío para aprender a enseñar nuevas estrategias.

 

 

 

 

 

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