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Zulma Perassi: “La evaluación sigue siendo un reducto de mucho poder para el docente”

La pedagoga reflexionó sobre diferentes aspectos vinculados a la evaluación, hizo énfasis en la ética y sostuvo que evaluar sólo tiene sentido si está al servicio del aprendizaje del estudiante. Su conferencia puede verse completa en esta nota.

Conferencia El desafío de constituirse en evaluador/a democrático/a de Zulma Perassi.

En el tercer encuentro del Ciclo de la Facultad de Educación de la UNCuyo “La evaluación patas arriba: aprendizaje en pandemia y pospandemia” la decana de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, Zulma Perassi, disertó sobre el desafío de constituirse en evaluador democrático.

 

Perassi comenzó su intervención recordando la situación en el incio de la pandemia, en marzo de este año. Indicó que en algunas jurisdicciones ya habían comenzado las clases cuando se vieron interrumpidas por la cuarentena y en otras no. Al respecto dijo que la preocupación era cómo sostener la relación con los estudiantes en unos casos y el desafío en otros era “construir un vínculo desde la no presencia cuando nuestro ser educador estuvo siempre pensado en el encuentro cara a cara”.

 

La especialista señaló a continuación que una de las primeras preguntas que se hacen los docentes es si es necesario evaluar. Añadió que todos los educadores evalúan pero no les enseñaron a ser evaluadores. “La pandemia corrió un velo que dejó al desnudo qué tipo de evaluadores somos”, explicitó. La docente indicó que a partir de los bruscos cambios impuestos por la pandemia los docentes empezaron a darse cuenta que cada cual hace evaluación desde el lugar que aprendió a lo largo de su trayecto educativo. A continuación un repaso por las concepciones de evaluación en el siglo XX.

 

Zulma Perassi definió la evaluación y dijo que “cuando yo hablo de evaluación siempre pienso en un proceso planificado, deliberado, de búsqueda de datos para poder emitir juicios de valor debidamente fundados que sostengan la toma de decisiones respecto a la marcha del objeto que está siendo evaluado”.

 

Durante el recorrido que realizó durante su conferencia se refirió a la necesidad de planificar la evaluación; de tener un diseño sobre las decisiones que se toman. Señaló que lo primero para tener en cuenta es decir para qué evaluar; para quién; qué evaluar, es decir qué contenidos, qué capacidades; el momento de la evaluación, entre otras preguntas necesarias.

 

Entre otros conceptos claves la pedagoga explicó las fases de la evaluación y rescató dos de ellas como fundamentales. En una de ellas marcó el derecho de los evaluados de conocer los criterios que se tuvieron en cuenta al construir la evaluación. Es decir, comprender cabalmente el sentido de cada criterio y cuál es la importancia de cada uno de ellos. Mencionó que es importante no sólo ser capaces de comunicar esos criterios sino acordarlos con los evaluados. “Esta comunicación y este acuerdo hacen de la evaluación un hecho transparente”, aclaró.

 

Perassi señaló que otra de las fases fundamentales de la evaluación es la devolución. “El estudiante debe encontrarse con instancias que le expliquen por qué eso que está marcado es un error”, ya que sólo va a poder modificar su propia autoevaluación si tiene argumentos sólidos y contundentes que le permitan apropiarse de estos argumentos para comprender por qué el error que cometió es tal, delimitó.

 

La especialista también señaló que existe una ética de la evaluación y que es necesario tener en cuenta que la devolución de los resultados no es un acto público, sino confidencial.

 

“La evaluación como un hecho complejo excede mucho a la calificación”, sostuvo y en esto coincidió con sus antecesoras en las dos primeras conferencias del ciclo La evaluación patas arriba: aprendizaje en pandemia y pospandemia.

 

La ética se hizo presente una vez más hacia el final de su intervención, cuando se preguntó cómo avanzar hacia la democratización de la evaluación, y aseguró que en primer lugar es necesario reflexionar acerca de nuestras propias concepciones.

 

“La evaluación sigue siendo un reducto de mucho poder para el docente”, disparó y añadió que para avanzar hacia la democratización es necesario configurarse como evaluadores justos y responsables y explicó que esto tiene que ver con la ética de la evaluación. Para resignificar este proceso indicó que es necesario empezar a integrar al evaluado y darle voz en el proceso.

 

Entre los conceptos más destacados que enumeró, en el cierre de la conferencia, aseguró que “la evaluación como tal sólo tiene sentido si está al servicio del aprendizaje del estudiante” y mencionó que no existe un instrumento o técnicas válidos para todo momento y para cada tipo de estudiantes sino que es necesario pensarlos y diseñarlos en cada caso en función de las características de la situación y de los evaluados.

 

Las conferencias y sus fechas


 

El miércoles 4 de noviembre a las 18, la Dra. Carolina Di Próspero abordará las “Reflexiones sobre evaluación vinculadas al desarrollo de pedagogía informacional situada. OISTE (Observatorio Interuniversitario de Sociedad, Tecnología y Educación)”.

 

El viernes 13 de noviembre a las 18, las Dras. Fernanda Ozollo y María Ximena Erice analizarán el recorrido de todo el ciclo. “De Rupturas y Costuras en Evaluación: desafíos y prospectiva”.

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