Especialistas del país y el extranjero se reunieron en un encuentro virtual para disertar y debatir diferentes aspectos del aprendizaje de la Lectura y Escritura en Educación Inicial y Primaria.
Susana Ortega de Hocevar, integrante de una línea de investigación que profundiza sobre el análisis de predictores y facilitadores del aprendizaje de la lengua escrita en la Facultad de Educación de la UNCuyo; Lizbeth Vega, de la Universidad Autónoma de México; y José Luis Ramos, de la Universidad de Extremadura compartieron y socializaron los resultados de sus investigaciones con estudiantes, docentes y profesionales dedicados al quehacer educativo.
La iniciativa buscó ofrecer una instancia de actualización y perfeccionamiento sobre el tema y fortalecer los vínculos entre universidades.
En el comienzo la decana Ana Sisti explicó cuál fue la intención de la Facultad de Educación cuando pensó el simposio. Dijo que estas acciones ayudan siempre como Institución a establecer lazos, intercambiar experiencias y aportar resultados sobre una temática tan importante como lo es la lengua escrita.
“Poder compartir estos desafíos, en estos momentos y en estos contextos, permite generar instancias para poder repensarnos y atender no sólo a las experiencias de investigación, sino generar nuevos interrogantes que abrirán nuevas puertas”, agregó la decana.
Sobre los predictores y facilitadores
Durante el encuentro Susana Ortega de Hocevar señaló que el objetivo que se propusieron como equipo de investigación era corroborar si los predictores y facilitadores tempranos del aprendizaje de la lectura y de la escritura, que estaban identificados en algunas poblaciones de América y España, se cumplían de igual forma en las poblaciones mendocinas y en contextos vulnerables.
“Nosotros consideramos que la educación debe ser una fuerza inclusiva que facilite el acceso a nuevos ámbitos de oportunidades para los miembros de grupos socioeconómicamente vulnerables y culturalmente heterogéneos”, mencionó.
En este marco, agregó que la percepción que tienen desde hace décadas es que el sistema educativo no tiene un impacto significativo en el desarrollo lingüístico y sociocultural de los niños de estos grupos mencionados, ya que no es tenido en cuenta ni por las estrategias ni por el material didáctico usado en su proceso de alfabetización.
“Nos propusimos trabajar la hipótesis de que la conciencia fonológica y el conocimiento alfabético coma la movilidad enunciativa son predictores de la adquisición de la lengua escrita. Si se trabaja adecuadamente con ellos en el aula se favorece su desarrollo y se puede evitar el fracaso escolar”.
En el cierre de su conferencia, explicó que el punto de partida en el ámbito escolar no es el mismo en todas las escuelas ni al interior de las aulas de cada una de ellas. Esta heterogeneidad “hay que atenderla para que la educación sea verdaderamente inclusiva y no profundice la desigualdad”.
Alfabetización emergente
Lizbeth Vega compartió conceptos que observó durante los años que trabajó con niños preescolares en centros de desarrollo infantil, con sus padres y sus maestros. Uno de estos conceptos es el de alfabetización emergente: son los conocimientos, conductas, habilidades y actitudes de los niños cuando aún no son alfabetizados convencionalmente.
Explicó que las actividades cotidianas en casa y en la escuela promueven la alfabetización. Esto incluye los intentos por interpretar símbolos o comunicarse mediante ellos, desde el nacimiento hasta la instrucción en la lectura y escritura convencional.
"El aprendizaje de lectura y escritura se inicia muy temprano en la vida. Aprender a leer y escribir es un proceso de desarrollo del lenguaje oral y el escrito que se realiza de manera concurrente e interrelacionada, concluyó”.
Detección de dificultades de lectura y escritura en educación infantil
Sobre el cierre de la disertación, y antes de responder preguntas e interactuar con las personas que siguieron su conferencia, José Luis Ramos analizó la detección de dificultades de lectura y escritura en educación infantil de 5 y 6 años. “Es realmente un reto, hemos comprobado que si el alumnado de educación infantil es detectado lo antes posible es mucho más sencillo poder intervenir y atenuar las graves dificultades lectoescritoras desde el principio, con lo cual es importantísimo la formación del profesorado de educación infantil”.
Dijo que, por este motivo, dedicaron un esfuerzo enorme en la formación que están dando a partir de sus investigaciones y la de sus colegas.
“Aprender a leer y escribir no es una cuestión de todo o nada. Cada alumno avanzará a su ritmo sin forzar nada y lo más probable es que cada uno aprenda cosas distintas”, finalizó.
Del encuentro participaron la moderadora del simposio, Ana Torre, directora del proyecto Educación: ¿desigualdad o inclusión? Análisis de los predictores y facilitadores del aprendizaje de la lengua escrita en niños mendocinos de educación primaria; junto al equipo de ese proyecto.